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miércoles, 23 de diciembre de 2009

El valor del respeto



http://www.youtube.com/watch?v=1UFTFHx1Nf8

La escuela y los docentes frente al compromiso social de la formación en valores

A la escuela y a los educadores les compete encarar una tarea de responsabilidad y respuesta frente a la sociedad: la de formar ciudadanos. Es innegable que en este menester la formación en valores constituye un desafío y, a la vez, un compromiso.
La pérdida y la subversión de los valores son tal vez los rasgos más preocupantes en el escenario político y social en que está inserta la escuela del siglo XXI.
Esto supone que la institución escolar forma parte del contexto social en crisis y que, al mismo tiempo, tiene el insoslayable cometido de formar hombres y mujeres que sean capaces de amar, de buscar la Verdad, de actuar y pensar con rectitud, y de trabajar por la Paz, entre otros valores.
A ello se suma el hecho de que lo que tradicionalmente era incumbencia de las familias –la socialización primaria–, en la actualidad ha pasado a ser responsabilidad de la escuela. De manera progresiva, a la institución escolar se le han ido delegando aquellas funciones primarias que antes formaban parte del repertorio de aprendizajes en el núcleo familiar:
escuchar, compartir, comportarse adecuadamente, obedecer y respetar a los mayores, etcétera.
El filósofo español Fernando Savater, parafraseando a Juan Carlos Tedesco, dice: “Si la responsabilidad por la formación ética, por los valores y los comportamientos básicos pasa a depender ahora mucho más que en el pasado de instituciones y agentes secundarios, también se abren mayores posibilidades de promover concepciones tolerantes y diversas”. Esto significa que aparte de tener una nueva responsabilidad, la escuela suma, potencialmente, una oportunidad más y, en este sentido, los docentes se manifiestan interesados, preocupados y ocupados por el desafío que la sociedad les plantea.

De hecho, los educadores conocen la importancia y la vigencia en la agenda pedagógica actual –en todos los niveles del sistema– de la urgente necesidad de educar en valores.


En este sentido, saber, saber hacer y valorar constituyen contenidos a enseñar y, por lo tanto no pueden dejar de ser objeto de una enseñanza sistemática.

Fuente: Educación en Valores.
Editorial Santillana S.A.

Los Valores de la Palabra a la Acción

En la actualidad, afirmar que la enseñanza de valores es tarea de la escuela, ya no es materia de discusión. El mayor desafío que debemos enfrentar los educadores es cómo encarar tal enseñanza. Sabemos que el aula y la escuela son un ámbito ideal para la enseñanza de valores pero a menudo nos resulta compleja la creación de situaciones, espacios o momentos para que nuestros alumnos puedan pasar “de la palabra a la acción”. Es decir que los valores no permanezcan en un plano discursivo como un himno recitado sin convicción. “Hay que compartir”, “Tenemos que respetarnos”, etcétera.
Es sabido que donde hay personas que comparten momentos, tareas, actividades y espacios físicos siempre aparecen conflictos o incluso problemas de relación.
A pesar de partir de la afirmación de que el individuo es un ser social y que la coexistencia es la estructura de las relaciones humanas, no siempre nos detenemos a observar lo que está aconteciendo en un grupo y difícilmente analizamos el comportamiento grupal.

La creación de espacios de vivencia y reflexión dentro del aula, como proyectos, espacios institucionales, asambleas, talleres de convivencia, constituye un excelente marco para el abordaje del tema que nos ocupa.
La intencionalidad pedagógica es la de propiciar un clima de relaciones verdaderamente humanas entre las personas que conforman el grupo, entre el grupo y cada integrante, entre el grupo y otros grupos, entre el grupo y las autoridades, etcétera.

Como todo acto educativo, estas actividades poseen finalidades a largo plazo respecto de los alumnos:
• que formen su criterio sobre cuestiones fundamentales;
• que aprendan a reflexionar sobre temas que tienen
una clara dimensión social y personal;
• que aprendan a analizar, profundizar y argumentar
sobre temas involucrados en las relaciones humanas.
• que vivan los valores con coherencia.
Vale la pena destacar que los espacios que se crean
(bajo la denominación que el docente o la escuela determinen)
no son más que “momentos” en los que pueden
trabajarse algunas actitudes que al docente (o a la
escuela) le interese promover o desarrollar, como la libertad, la responsabilidad, la sinceridad, el trabajo, la Fortaleza, la voluntad, la convivencia, el orden, la confianza, el respeto mutuo, la solidaridad, la justicia, la generosidad, la amistad, el compañerismo, el cuidado del ambiente natural, el cuidado por pertenencias propias y comunes, etcétera.
Es deseable que en este espacio también puedan ser incluidas las situaciones grupales o aquellas otras conflictivas vividas entre algunos alumnos. Lo importante es que estas situaciones puedan enmarcarse dentro de una propuesta de enseñanza de valores o modificación de actitudes. Es decir que los conflictos que se suscitan entre los alumnos puedan servir de elementos de diagnóstico para el docente con el fin de abordar el tratamiento de actitudes que deberían modificarse.
Es posible que, una vez instaurado el espacio, los alumnos propongan abordar alguna problemática puntual.
Aquí la mirada atenta del docente es fundamental puesto que debe jugar un rol de cuidado, diagnóstico y, sobre todo, de buena conducción. Esto significa que no deberá perder de vista que muchas veces las situaciones que viven los niños están relacionadas con hechos o actitudes más profundas a las que habrá de atenderse.
Al analizar las situaciones que se reiteran, seguramente podrán ser enmarcadas en aspectos que aún habrá que trabajar con el grupo y, tal vez, con algunos niños de manera particular. Por ejemplo: dificultades para compartir, actitudes de intolerancia, falta de respeto, etcétera.
En este sentido, será fundamental tomar decisiones, planificar acciones, seleccionar materiales para trabajar estos aspectos sin convertirlos en los problemas entre “Juan y María” o los problemas entre “los varones y las nenas”.


Fuente: Educación en Valores
Editorial: Santillana S.A.

Formación Ética

Juego con Valores

Juegos de cooperación
Definición:
Son juegos en los que la colaboración entre participantes es un elemento esencial. Ponen en cuestión los mecanismos de los juegos competitivos, creando un clima distendido y favorable a la cooperación en el grupo.
Pretenden que todos/as tengan posibilidades de participar, y en todo caso, de no hacer de la exclusión/discriminación el punto central del juego.
Evitan el estereotipo del "buen" o "mal" jugador, en cuanto que todo el grupo funciona como un conjunto en el que cada persona puede aportar diferentes habilidades y/o capacidades.

FORMAR PALABRAS
DEFINICIÓN
Formando subgrupos y tumbados en el suelo, tienen que formar una letra de la palabra que el/a monitor/a asignará, de manera que los subgrupos formen la palabra.
OBJETIVOS
Conseguir que el grupo se desinhiba y desarrollen el espíritu de colaboración.
PARTICIPANTES
La edad de los participantes debe ser superior a diez años. El número de participantes es indiferente.
CONSIGNAS DE PARTIDA
Todos los miembros del grupo han de saber que la colaboración es lo más importante, ya que sin ella la realización de este juego y de otras muchas actividades de la vida cotidiana serían imposible de realizarlas.
DESARROLLO
Se dividirá el grupo principal en subgrupos, de manera que en cada subgrupo exista el mismo número de miembros. La palabra que el/a monitor/a asigne, se dividirá en letras y cada subgrupo tendrá que representar esa letra. Cuando éstos se organicen, en cuanto a la formación de las letras se pondrán "manos a la obra" y tendrán que representar dichas letras tumbados en el suelo, siguiendo un orden para que de esta manera se forme la palabra asignada.
EVALUACIÓN
Se realizará a los participantes una serie de preguntas como pueden ser las siguientes:
• ¿qué hemos aprendido en cuanto a la construcción de las palabras?.
• ¿ha sido fácil realizar las letras y la palabra en sí?.
• ¿cómo fue la organización y realización de letras como por ejemplo la "A".
NOTAS
Si sabemos de antemano el número de componentes del grupo podremos prepararlo y organizar la repartición de letras, sino, habrá que improvisar.

FUENTE
Universidad de Almería > España. Enviado por Pilar Salort Villalba

Un mensaje para Navidad

Paz.
Amor.
Bondad.
Amistad. Fe.
Reunión. Respeto.
Armonía. Humildad.
Alegría. Diálogo. Perdón.
Ternura. Acercamiento. Lealtad.
Amabilidad. Cordialidad. Solidaridad.
Justicia. Optimismo. Honradez. Comprensión.
Generosidad. Tolerancia. Esperanza. Libertad.
Colaboración. Gentileza. Sinceridad. Confianza.
Encuentro. Dignidad. Honestidad. Nobleza. Verdad.
Franqueza. Autenticidad. Paciencia. Calidez. Entrega.
Aliento. Fortaleza. Energía. Afecto. Voluntad. Pureza.
Responsabilidad. Compromiso. Estima. Sencillez. Fidelidad.
Igualdad. Valoración. Servicio. Reflexión. Perseverancia. Un
ión.
Deseos.
Esfuerzo.
Logros.
Navidad.


Fuente: Revista Maestra de Segundo Ciclo. Editorial EDIBA SRL.

Fábula con valores



http://www.youtube.com/watch?v=1UFTFHx1Nf8